Se acabaron los aeropuertos, me acaban de traer a casa el nuevo teletransportador HKR-37, la versión doméstica del SDR , más económica y se puede guardar en cualquier sitio. Ya no tendré que pagar un extra por el equipaje, algo habitual que todos llevamos si vuelas o igual es que se piensan que vamos a ir con las manos en los bolsillos, también nos pueden cobrar un extra por ir sentados en un asiento minúsculo donde no puedes estirar las piernas porque tienes el de enfrente pegado a tus narices o un extra por el bocadillo que llevas, si es de chorizo pagas menos que si es de tortilla, reglas de la compañía.
Aunque dinero no me voy a ahorrar mucho, por el momento estaré unos años recuperándome de esta compra, lo que sí voy a ahorrar es tiempo. Con el transportador no tengo que estar hora y media antes, hacer colas para facturar, para embarcar, para usar el baño, para comprar una revista, etc. Simplemente, cuando me apetezca, cogeré mi equipaje, como si quiero llevar 100 kilos, entraré en el invento y en unos segundos ya estaré en mi destino. El problema por ahora es que necesitas otro teletransportador en destino y de momento no todo el mundo tiene uno aunque dentro de unos años podrás ir a cualquier destino del mundo.
Ya no me sentiré como si estuviera entrando en Guantánamo, enseñando mi documentación, diciendo que no llevo explosivos en la maleta, pasando por un detector de metales mientras rezo para que no pite, dejando mis otras pertenencias para que las vean por otro dispositivo, viendo como mi bolsa va por otro camino y una persona se dispone a abrirla, sacar todo su contenido mientras me pregunta que es esto y aquello, llevarse la cámara para analizarla en profundidad y luego dejarte con todo eso desparramado para que tú lo metas de nuevo a la bolsa y encaminarte al siguiente puesto donde te tienes que quitar los zapatos y ponerlos en otra cinta. El siguiente paso me lo acabo de ahorrar, ya no veré como uno de los empleados se pone un guante de látex mientras te dice con su voz cansina: “Bájese los pantalones y reclínese aquí”. Sí, señor, ya no me sentiré como un criminal, la presunción de inocencia no existe en los aeropuertos, eres un criminal hasta que no se demuestre lo contrario y nosotros podemos hacer lo que queramos contigo y no podrás protestar o será peor para ti porque pasarás por más penurias además de perder el avión.
Gracias a dios todo eso ha cambiado para mí y ahora me puedo ir todos los fines de semana al destino que quiera ya que no tardo nada en ir y volver. De hecho ahora me voy a las islas Maldivas, he pasado mucho frío esta semana y necesito que los rayos del sol calienten mi sangre. Ya les contaré como funciona el HKR-37, espero no perderme en la unión espacio tiempo. Hasta pronto y sean felices.